Por Silvina Maddaleno
El debate dentro de la Comisión de Legislación General –que preside Liliana Negre de Alonso– en torno al matrimonio no sólo amplifica argumentos medievales, sino que también se silencian testimonios que estaban pautados. Crónica de una tarde con lágrimas y sin cordura.
Imagen: Sebastián Freire
El jueves 24 de junio fue la anteúltima audiencia por el debate de la ley de matrimonio civil para parejas del mismo sexo. Bueno, no sé si decirlo así ya que una de las invitadas a dar testimonio, la doctora Catalina Arias de Ronquieto, docente universitaria de la Ciudad de Córdoba, se esmeró en afirmar que “se debieran prohibir a los medios referirse así a la ley en cuestión. Porque no es natural...” y porque “... resulta hasta peligroso acostumbrar al ‘oído social’ a escuchar estas frases”.
Lo dijo sin ponerse colorada y mirándonos a los ojos. Esta señora estaba invitada a dar testimonio y no disertación, aunque se explayó dando cátedra de por qué no merecíamos la ley con argumentos como ése.Me pregunté a cada rato si ponernos el mismo traje que usamos para nuestra romántica unión civil serviría de algo.
En cuanto llego me para el de seguridad en la entrada de Hipólito Yrigoyen, y no me deja entrar. “Está lleno”, suelta. Yo estaba en la lista pero no podía pasar. Eran las 12.20. “Volvé a las cinco y por ahí pasás.”
Finalmente conseguí entrar ayudada por gente que ya estaba adentro y vino a buscarme. Entré al recinto hecha una furia porque me perdí la primera parte, justo en la que habló mi mujer. Apenas consigo sentarme doy oídos al joven de bigotitos finos que hablaba en representación de la Agencia Informativa Católica diciendo “como todo el mundo sabe, las parejas gays no duran mucho, así que no pueden presentar estabilidad a los niños”. Un segundo después se despachó con “los homosexuales tienen muchos amigos artistas y por eso los medios están a favor”. Bizarro, sí. No sabía que más adelante iba a tener que escuchar frases como éstas: “Grupo de gente que no califica siquiera para llamarse minoría”, “Minúscula parte de gente que pide derechos”, “Cortina de humo política que está siendo utilizada por intereses poderosos y superiores...”, “Capricho de minorías”, “Dictadura de minoría”.
Yo estuve sentada al lado de mi mujer, en la tercera fila. Ella lucía espléndida, como brillando a pesar de que estuvo a punto de no hablar porque una mano negra la borró de la lista de oradores. Por suerte una mano blanca de otra oradora le cedió la mitad de su tiempo y pudo hablar.
Cuando Gustavo Breide Obeid, el hombre de pasado carapintada, se sienta al micrófono en calidad de fundador del Partido Popular de la Reconstrucción, y dice a viva voz que “la homosexualidad puede compararse con la zoofilia entre otras enfermedades”, suspiro profundo. Mi mujer me toma la mano, pensamos al unísono que este señor debiera estar declarando en una comisaría y no en el Senado de la Nación.
Los próceres de los 20 cuadros estaban como desencajados, con la mirada perdida. La homofobia sí es una enfermedad, por ahí lo que precisa es tratamiento este buen hombre.
Tragué saliva y mastiqué un antiácido. Mi mujer me dijo al oído que me tranquilizara. El cuaderno de apuntes temblaba con los renglones en blanco.
Los periodistas, escribían, twitteaban, feisibukeaban.
La sala estaba completa. Las cámaras nos hacían planos cortos cuando nos decíamos algo al oído. La presidenta de la comisión, Liliana Teresita Negre de Alonso, expresaba a cada rato que “no estaba permitido aplaudir, que no es el estilo de la casa”. Una de las veces pidió disculpas por interrumpir el aplauso. Y hasta ella misma pidió pañuelos descartables para ¿secarse las lágrimas? que le provocó el testimonio del arquitecto Luis Lezama leyendo la carta que su hijo adoptivo Daniel hizo para todos los senadores a favor de la ley en cuestión. Momento húmedo si los hubo. Había que ser de acero para no flaquear. Y sí, había algunos de acero. Una de cal y una de arena. Las cámaras registraban. Las familias presentes suspirábamos.
La idea más clara que sobrevolaba la sala era la molestia permanente que le provoca a este grupo el solo hecho de que los homosexuales existan. Mal que les pese, amigos, existimos.
Como sístole y diástole nos encontramos, nos complementamos, nos enamoramos, nos amamos, formamos nuestras familias, tenemos hijos y hasta somos felices. Las leyes del amor siempre nos fueron propias. Tarde o temprano como fruta madura que cae por su propio peso, también las otras leyes estarán allí para acompañarnos.
* DEL MUCHACHO DE BIGOTES, DE LA AGENCIA INFORMATIVA CATOLICA, NO RECUERDO EL NOMBRE Y MUCHO MENOS LUEGO DE QUE AL DIA SIGUIENTE APARECIERA EN LA NACION UNA FOTO SUYA CON EL EPIGRAFE QUE DECLAMABA “LUIS LEZAMA, PADRE ADOPTIVO DE DANIEL”. EL MEJOR CHISTE DE LA SEMANA. A NOSOTRAS NOS ALCANZO PARA REIRNOS UNA TARDE ENTERA. Y EL DEBE ESTAR EXIGIENDO SU FE DE RATA.
13 comentarios:
cuánta ignorancia, cuánta ceguera:(
vendrán mejores tiempos, es inevitable, mal que les pese a todos los bigotillos.
un abrazo
En España también soltaron de todo por sus boquitas, y lo siguen haciendo, pero la ley prosperó, y aunque recurrida judicialmente, ha posibilitado que muchas parejas y familias legalicen su situación. Mucho ánimo, no hay nada perdido :)
qué angustia por favor!! si yo hubiera estado ahí no hubiera podido quedarme escuchando tanta pelotudez junta... me dieron ganas de llorar :(
Como sacados de otro tiempo... y aún así compartimos tierra con esta gente...
“la homosexualidad puede compararse con la zoofilia entre otras enfermedades” Ufff.. curiosamente la homosexualidad NO es una enfermedad al mismo tiempo que la homofobia SÍ lo es.
Si yo estuviera de ese lado, siendo heterosexual y opinando de la misma manera, estoy completamente segura de que sentiría tanta vergüenza de exponer esos argumentos... Buscaría la forma de decorarlos al menos!!
Para nuestra sorpresa ni se sonrojan... están tan lejos de entenderlo
Un abrazo para los 5 =)
Perdón... el final es GENIAL, sencillamente.
Capaz no fue un error, en una de esas el de bigotitos nos apoya... ;)
gracias, me hicieron sentir ahí..un abrazo
Estoy casi a punto de llorar. Tanta impotencia me da escuchar o leer testimonios como éste...
El hecho de que lo intenten ahogar o acallar a uno, más que lo que digan estos enfermos (porque son enfermos DE ODIO, que es una enfermedad muy difícil de curar, lamentablemente u.u) me transmite esa impotencia implacable que me da ganas de gritar aún más fuerte. Hasta que me escuchen. O hasta desgarrarme la garganta intentando.
Aplaudo la valentía que tuvieron para estar ahí (y no matar a nadie :P)
Un abrazo enorme... (para ustedes y sus angelitos divinos, que me babeo toda cuando miro las fotos, jajaja xD)
Carla.
Hace unos cuantos años, en el 87, yo todavía no tenía 3 años, el sentido común prevaleció y se sancionó la ley de divorcio.
Dentro de 9 días, como hace 23 años, el sentido común va a volver a surgir...
Y cada uno de esos argumentos en contra, cargados de odio y de prejuicio van a tener que ser debidamente depositados en el esfínter bolsillero (que sutil que puedo ser!).
Un abrazo grande =)
Podrán decir de nosotros lo que quieran, pero no van a poder frenar nuestra forma de amar. Podrán no pasar la ley, es su fracaso, no el nuestro. Como dice el matemático de Jurassic Park, la vida se abre camino. Y nosotros estamos proponiendo vida. Nuestras familias, con más o menos luchas van a seguir existiendo, derribando barreras y prejuicios. Un beso y un abrazo para l@s que pudieron estar ahí y son en la capital del país nuestros verdaderos representantes.
Podrán decir de nosotros lo que quieran, pero no van a poder frenar nuestra forma de amar. Podrán no pasar la ley, es su fracaso, no el nuestro. Como dice el matemático de Jurassic Park, la vida se abre camino. Y nosotros estamos proponiendo vida. Nuestras familias, con más o menos luchas van a seguir existiendo, derribando barreras y prejuicios. Un beso y un abrazo para l@s que pudieron estar ahí y son en la capital del país nuestros verdaderos representantes.
Chicas, me emociono cada vez que leo cómo está siendo el proceso en Argentina porque es exactamente igual que lo que ocurrió en España hace cinco años. Los mismos aberrantes argumentos homófobos de la derecha y la jerarquía católica y los apoyos incondicionales y emotivos de los demás.
Yo también estuve en el Congreso, tampoco podíamos aplaudir pero no podíamos evitarlo, nos llamaron la atención y muchos diputados cómplices nos miraban y sonreían.
Lo conseguiréis y acabareis teniendo los mismos derechos, no queda otro remedio. Es la consecuencia de la incansable lucha contra la homofobia.
Al final, todo quedará para la historia porque en un futuro dirán que ellos no están en contra de la igualdad para los homosexuales. Es lo que está ocurriendo ahora por aquí aunque el recurso en el constitucional aún no lo han retirado. La doble moral hipócrita de la derecha
Un abrazo muy grande.
Hasta hace 60 años nomás, las mujeres no votábamos, moción apoyada por argumentos igualmente retrógrados, medievales, poco inteligentes y con muchas faltas de ortografía.
Afortunadamente, todo es cuestión de tiempo.
que ironía tener que escuchar que las parejas homosexuales son inestables y ustedes hace 18 años juntas... cuanta pavada no?
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