Miradas

Me gusta mirar a los ojos, siempre lo hago aunque vaya caminando por la calle y los destinatarios de mis miradas sean desconocidos.
Hace un tiempo, me enteré que no era casual que los que piden monedas o venden algo se me acerquen a mí por más que conmigo haya 10 o 20 o 50 personas más. Ellos me explicaron que es raro que la gente mantenga contacto visual, si alguien lo hace, la probabilidad de lograr el objetivo es muchísimo más grande.
Sería algo así como que una mirada te deja la puerta abierta para entrar. Y por más que a lo largo de mi vida se me fueron muchas monedas, los otros también me dejaron entrar a sus vidas de una manera tan enriquecedora para mí, que no sé quién salió ganando más.

Lo que jamás pude ni siquiera intuir en su verdadera dimensión era que al mirarme alguno de mis hijos iba a sentir lo que siento.

La mirada de cada uno es diferente pero todas me deshacen. Son chiquitos pero sus ojos se clavan en mí como quien encuentra lo que estaba buscando, una vez ahí van hacia dentro mío como un virus que te inunda de un amor que te desborda el cuerpo.

A veces parecen decir – “Así que sos vos quien me ha tocado en suerte, me gusta que sea así”
En esos momentos, no importa nada más porque nos queremos de una manera única, mágica y especial.
No hay afuera, no hay dificultades, no hay dudas.
Hay una sola certeza que cubre el mundo.
Hay una sola mirada que es vida en su estado más puro.

Ayer, 8 de Septiembre, cumplieron 31 semanas de gestación y un mes de nacidos.
Hace 30 días que esos tres pares de ojos me miran.
Es una adicción muy poderosa de la no quiero curarme jamás.


PD: La calidad de la foto no es muy buena porque no queremos sacarles con flash para no molestarlos.
Las mejores miradas las tengo guardadas en mi retina.

Post escrito por Ella