Silvina Maddaleno (39) y Andrea Majul (45), periodistas y locutoras, son pareja desde hace veinte años. Hubo un tiempo en que, para ellas, la maternidad no figuraba ni en sueños. Los años y el amor alimentaron el deseo de formar una familia. La adopción podría haber sido una posibilidad, aunque difícil, la descartaron. Entonces, eligieron las técnicas de fertilización asistida.
Tiempo de embarazo
Decidir quién se embarazaría fue algo simple, por condiciones de salud, por deseo: Silvina albergó a los trillizos y sonríe a pleno cuando recuerda el tiempo en el que "estuvieron embarazadas"; de la misma manera Andrea se refiere al momento de gestación. Fue, dice, "el resultado natural de un proceso de la pareja. No impuesto por nada ni por nadie". Bien acompañado por familia y amigos, el embarazo alcanzó los seis meses. Silvina dio a luz a Abril, Jazmín y Santiago. Tres meses estuvieron en incubadoras, en la sala de Neonatología del Hospital Italiano.
"La neo fue nuestra primera socialización", recuerda Silvina, "salvo el obstetra, nadie entendía nada. Tuvimos que explicar que éramos dos mamás". Silvina estaba todavía en la sala de partos cuando Andrea bajó a retirar las historias clínicas. Le dieron los papeles, tachó "padre". La empleada la miró intrigada. "Sí, somos dos mamás", explicó. "Justamente el otro día discutía con Cacho, mi marido…", se entusiasmó la empleada hasta que escuchó un "mirá, si querés en unos días charlamos. Ahora dame los papeles, mis hijos están en la cuerda floja". Andrea ríe al recordar las disculpas atolondradas de la mujer.
Despedidas
"Una de mis temores tenía que ver con la sociedad que recibiría a nuestros hijos", sostiene Silvina. "También con los derechos que tendrían, o no". Andrea recuerda que le cayó la ficha cuando una periodista que las entrevistó hace cinco años -acababan de nacer los trillizos- le preguntó si prefería aparecer con un nombre ficticio. "¿Por qué? No cometí ningún crimen", contestó. "Ocultarlo no sincroniza con la decisión de tener una familia", dice Andrea como si estuviera respondiendo de nuevo a la pregunta. Lo cierto es que esa decisión tuvo consecuencias increíbles: cuando se conoció su historia las dos fueron despedidas de sus trabajos. Silvina y Andrea, bautizadas por los trillizos "mami" y "mamu" respectivamente, evitan los pormenores de ese acto discriminatorio acontecido en 2007, cuando se hizo pública su historia, tres años antes de que entrara en vigencia la Ley de Matrimonio Igualitario. "Resignás la privacidad. Cualquier idiota se siente con derecho a opinar sobre tu vida, a insultarte. El costo es alto, pero si te escondés, te perdés de vivir". Afirmado esto, Andrea aclara que tampoco quiere juzgar a quien no se anima, porque admite, "no es fácil".
Finalmente, estas madres pudieron reinsertarse en el mercado laboral. Lo que no quedó atrás es el caudal de explicaciones que dan una y otra vez. "Como cuando salís del clóset. La puerta es giratoria, la estás abriendo siempre", advierte Silvina, quien no se cansa de enumerar anécdotas desopilantes. Por ejemplo, en una de las visitas domiciliarias, el médico preguntó quién iba a ser el padre. Andrea tiene la teoría de que cuando las visita un doctor no tienen que revelarle su situación, porque después lo único que quiere es saber más sobre la familia, y el enfermo no le importa nada.
¿Novio o novia?
La misma sociedad que las cuestiona es la que recibió a los trillizos que van al mismo jardín de infantes desde que tienen un año. Los chicos fueron creciendo, compartiendo con el grupo su cotidianeidad. Una vez, una compañerita le dijo a Abril: "Ahí está tu papá". La pequeña contestó: "Imposible, tengo dos mamás". Abril expresó el enojó con su mami: "Otra más a la que hay que explicarle". Un mes después, en la puerta del jardín, esa compañerita comentó contenta: "¡Qué suerte, hoy vinieron tus dos mamás!" Para Silvina, ahí se advierte el aprendizaje de sus pares. Otro día, en la salita, el juego pasaba por contar quién era novio de quién. Santiago levantó la mano y aseguró que cualquiera puede tener novio o novia. La maestra les contó que se armó tremendo revuelo. "Es así, a ustedes no se le explicaron, a mí sí", les dijo a sus compañeritos.
"Soy lo que soy"
Si bien la sociedad las cuestiona constantemente, las preguntas más insólitas las sorprenden de noche, un ratito antes dormir, cuando el agotamiento es total y los chicos quieren mimosear un poquito más. Santiago desveló a Silvina preguntándole por qué él nació varón y sus hermanas, nenas. Antes de que la madre pudiera contestar, dijo: "¿Es porque al que le toca, le toca, la suerte es loca?". "Algo así, pero un poco más complicado", sugirió la madre. "Bueno, igual cada uno puede ser lo que quiera ser. Vos siempre decís eso". "Me conmovió muchísimo su respuesta", dice Silvina, "que tenga conciencia de que puede ser lo que quiera a los cinco años supera cualquier expectativa".
La respuesta no es casual. Responde a la línea de crianza de dos madres que no imponen un patrón de debilidad a las nenas y otro de fortaleza al varón; ellas remarcan la importancia de ser capaz de cuidar a otro más allá del sexo al que pertenezcan; que pueden jugar a lo que quieran. Que el mundo no se les termina en el azul y el rosa. "A Santi le fascina al fútbol, también bailar; Jazmín adora a las princesas; Abril es punk, lo más parecido a Iggi Pop".
"Sí, quiero"
Silvina y Andrea se casaron cuando los trillizos tenían dos años. Dijeron el "sí, quiero" mientras ellos jugaban debajo de la mesa con los zapatos de la jueza. En sus documentos figuran los dos apellidos: están legalmente amparados por sus dos mamás. Hace poco, Silvina escuchó que su hijo le contaba a un amiguito nuevo que "ahora" se llamaba Santiago Maddaleno Majul. "¿Por qué ahora", preguntó el otro nene. "Porque ahora se puede", le explicó Santiago.
Cuentan las dos madres que para sus hijos casi no hay un antes del matrimonio igualitario, existe desde que tienen conciencia. Cuando alguien se casa, ellos les preguntan, "¿Se casan dos nenas o una nena y un varón?". Esos derechos ganados, confiesa Silvina, son un sueño hecho realidad, inimaginable hace diez años. "En casa hablamos del matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, entre nosotras y con los chicos. La legitimación legal es el comienzo para que familias como las nuestras puedan tener la vida que quieran, ejerciendo los derechos que les corresponden. Nosotras no cumplimos roles estancos. La que está más tiempo es la que tiene que poner más límites y no siempre es la misma. A Andrea le gusta cocinar, pero a veces ella no puede, entonces cocino yo". Y agrega: "Lo interesante es que como no contamos con una tradición de familias comaternales, tuvimos la libertad de armar un modelo propio. Por otro lado, no creo que las funciones estén atadas a los sexos. Quizá sea más tranquilizador pensar que determinados roles vienen por añadidura, pero yo dudo que esto sea así".
Un tsunami de cariño
Atravesados los temores, las alegrías y las mil emociones que les trajo la maternidad, Andrea revela que jamás se le ocurrió pensar en sus hijos para que la cuiden ni para que la completen como ser humano. "Al contrario, antes era una persona completa, ahora me siento dividida. Convivo con temores y emociones múltiples. La maternidad ha resultado ser un tsunami de cariño, de afecto y de preguntas. Tanto que hizo que me cuestionara todo". Finalmente, rescata una conversación de la noche anterior con Jazmín. La nena le dijo que quería ser escritora, bailarina clásica y astronauta. Ella le explicó entonces que ser astronauta era complicado, "pero si vos querés…" Jazmín decidió: "Mejor sigo con la danza clásica". Andrea concluye: "Si hay algo que tenemos en claro es la importancia de que nuestros hijos crezcan sabiendo que pueden ser lo que ellos quieran". Y Silvina, su compañera de toda la vida, completa: "Eso, lo que ellos quieran ser, siempre va a estar bien".
PARA SABER
CENSO. De acuerdo con datos del Censo 2010, en el país hay 24.228 hogares compuestos por parejas del mismo sexo, 4960 de ellos integrados por mujeres a cargo de hijos e hijas. Según Martín Canevaro, presidente de la ONG 100% Diversidad y Derechos, es la primera vez que las parejas del mismo sexo son tenidas en cuenta en el censo: "estas parejas no eran tomadas en cuenta. Como si no existieran."
FAMILIAS COMATERNALES. El Decreto de Necesidad y Urgencia que permite la inscripción de los hijos e hijas de familias comaternales nacidos antes de la Ley de Matrimonio Igualitario vence este mes, aunque se prevée una amnistía. La ONG 100% Diversidad y Derechos tiene onine la información necesaria para acceder a la registración de las dos madres en
www.reconocimientoigualitario.blogspot.com.ar
BLOG. Silvina Maddaleno y Andrea Majul escriben el blog
www.ellalostrillizosyyo.blogspot.com Data de 2007 y cuenta, hasta hoy, con 400.000 visitas.